La calidad de vida y el futuro de San Miguel de Allende y de las comunidades aledañas enfrentan amenazas sin precedente en el tema del agua. La sobre-explotación insostenible del acuífero que compartimos ha reducido el nivel freático, causando que muchos pozos se sequen y y que la recarga natural de nuestros ríos casi desaparezca. El agua que aún nos queda, se extrae de una gran profundidad, por lo que de manera natural contiene minerales muy dañinos para la salud humana. Esta contaminación no puede potabilizarse por los medios comunes, todo lo cual está llevando a una crisis de salud pública en nuestra región. Aunado a esto hay una creciente contaminación de la presa Allende y de los ríos que no sólo amenaza la salud humana, sino también la vida silvestre. Estos problemas y sus soluciones se complican aún más por el cambio climático, la creciente urbanización, y otros retos ecológicos, tales como la deforestación y la pérdida de la biodiversidad.
Una de las principales raíces del problema es la agricultura a gran escala que utiliza el 85% de nuestro suministro de agua, para cultivar productos que se exportan a los EE.UU. y otros mercados extranjeros. Como consecuencia, la capa freática está sobreexplotada en por lo menos un 30% y está descendiendo entre 2-3 metros por año. Esta es una sobre extracción absolutamente brutal de nuestros recursos de agua subterránea, lo que ha llevado al World Resource Institute a etiquetarnos como una región en "estrés hídrico extremo". Además, los métodos que usa la agricultura industrial han llevado a la degradación del suelo, de manera que la tierra ya no absorbe el agua.
En las áreas urbanas, el desarrollo insostenible añade una carga más al acuífero y es probablemente un factor clave en los niveles cada vez más altos de arsénico que ahora estamos registrando en la ciudad y las áreas cercanas.
Los impactos sociales y económicos directamente relacionados con esta crisis son casi imposibles de exagerar. La complejidad del problema hace imperativamente necesarios el diálogo, la puesta en común de información y la cooperación de todos los sectores de la sociedad, para lograr la transición hacia un San Miguel de Allende más resiliente con respecto al agua.
La red AguaVida promueve y cultiva alianzas entre organizaciones no gubernamentales que trabajan para mejorar la salud humana, el bienestar y la resiliencia ecológica con el fin de ampliar y fortalecer acciones que aseguren el bien común que es el agua.