Mucho se ha dicho aquí sobre el costo de la extracción, tratamiento y distribución del agua en SMA, compromiso que asume SAPASMA y que supera el monto de las tarifas públicas. También se ha planteado la necesidad de que el pago del agua sea directamente proporcional a la cantidad que se consume, entre otros puntos importantes que conciernen a la distribución del agua.
La mesa de discusión SOBRE TARIFAS Y DISTRIBUCIÓN DEL AGUA está integrada por el Ing. Eduardo Adrián López Sánchez, Director de Comercialización de SAPASMA. Tiene a su cargo los departamentos de: Atención a usuarios, Informática, Analistas comerciales, Padrón de usuarios y Contratos. Como parte de sus funciones está la de concentrar y elaborar reporte estadísticos con información generada por los diferentes departamentos, así como análisis de información de facturación y micro medición.
Asimismo Carlos Ricardo Olvera Avila, representa a SAPASMA. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de La Salle Bajío. En el periodo 2009-2012 fue encargado de Ferias y Eventos de la Dirección de Fomento Económico y Relaciones Internacionales del Gobierno Municipal de San Miguel de Allende. Actualmente es el encargado de Gestión Institucional de la Dirección de Apoyo Rural del SAPASMA.
También nos acompaña Enrique Orvañanos Acosta, ingeniero en Sistemas dedicado a la creación y desarrollo de negocios en el sector privado de México. Con una maestría en Dirección de Empresas del IPADE, fue presidente del Club Rotario del Medio Día, implementando varios proyectos sociales, entre los que destacan la recolección a nivel familiar de agua de lluvia en las comunidades más pobres del municipio. Su interés profesional se enfoca en buscar el aprovechamiento de los recursos existentes, generando nuevos productos, servicios, fórmulas, métodos, procesos, enfoques y modelos de negocios.
Por su parte, Mario Hernández Peña, licenciado en Sociología y con una Maestría en Gestión Integrada de Cuencas, ha trabajado para la iniciativa privada, gobierno del estado de Guanajuato, organizaciones de la sociedad civil y actualmente es director del Jardín Botánico y Reserva Natural El Charco del Ingenio, así como Presidente del Observatorio Ciudadano del Agua y Saneamiento (OCAS).
Esta tarde modera la mesa Mauricio Sánchez Osornio, Coordinador del Centro Regional de Capacitación del Agua “Las Yerbas”, Presidente de la Red de Comunicación de Cultura del Agua del Noreste del estado de Guanajuato y Secretario Técnico del Observatorio Ciudadano del Agua y Saneamaiento (OCAS- SMA). Desde el año 2005 se desempeña dentro de la Fundación de Apoyo Infantil Guanajuato –FAI– en el programa de capacitación del uso del agua que el CERECALY promueve en las áreas rurales de Dolores Hidalgo y San Diego de la Unión, estableciendo una estrecha relación con las comunidades y planteles escolares para la aplicación de la guía WET, entre otros instrumentos que fomentan la cultura del agua y posibles soluciones a la problemática ambiental.
Ing. López Sánchez: Sabemos que hay un déficit de agua ya que el 98 por ciento de lo que se distribuye en el estado se extrae del subsuelo. Sólo se utiliza el 2 por ciento de las aguas superficiales.
Además, hay pérdidas entre lo que se extrae y lo que llega a los domicilios. De 100 litros que se extraen, sólo un 42 por ciento llega a los domicilios. Mucha de esa agua se está quedando en otra parte y es la que precisamente debe distribuirse en los sitios donde no está llegando el agua actualmente. Eso requiere de un trabajo de mantenimiento e infraestructura que asegure que el agua llegue a los domicilios.
Debemos mejorar la infraestructura para que el servicio sea más eficiente y así cuidar el líquido que ya nos está costando. Todo esto tiene un costo muy elevado y necesitamos recursos para mantener la infraestructura. Muchas veces no le prestamos atención a los medidores en nuestras casas donde se registra nuestro consumo y si estamos haciendo un buen uso de este servicio. Creo que la población debe estar al tanto de su propio consumo, no sólo nosotros como operadores del agua.
Actualmente tenemos un programa de actualización de medidores pues deben cambiarse cada 5 años. Esto nos va a aportar mucha información y nos vamos a dar cuenta de si lo que está marcando el medidor es lo que realmente se está consumiendo. Esto nos permitirá definir un precio más justo, así como detectar fugas. Esto sirve para que todos tengamos una toma contratada, un servicio medido y que todos paguemos lo que marca el medidor y definir un precio justo. Necesitamos darle mantenimiento a la infraestructura hidráulica y costear el esfuerzo de extraer el líquido y llevarlo a los hogares. Esta renovación de medidores va a ser muy importante a nivel municipal, tanto en las áreas urbanas como rurales.
¿Cómo se estructura la aplicación de las tarifas actualmente? Tenemos tarifas por rangos de consumo. Hasta el año 2000 había una tarifa con un rango base de 0 a 20 metros cúbicos y un precio fijo para cualquier consumo que correspondiera en este rango.
Este criterio no era muy justo. Suponiendo que yo no hubiera hecho ningún consumo por alguna razón, tenía que pagar lo mismo que alguien que sí utilizó el servicio hasta 20 metros cúbicos. Entonces se decidió cambiar el esquema tarifario. Actualmente se cobra una cuota base que nos permite mantener la operación del servicio. A partir de 0 metros cúbicos hay un precio diferencial que se va incrementando conforme aumenta el consumo. Alguien que no consume, paga únicamente la cuota base.
Esto también nos permite detectar quién se excede en el consumo para hacerle un cobro más elevado. Este esquema tarifario opera desde el 2009. En el primer rango de consumo tenemos los precios más bajos y obviamente en los consumos excesivos hay cobros mucho elevados que compensan el uso del servicio.
Pensamos que el uso de tuberías, los gastos administrativos o el mantenimiento de un edificio propio es lo más costoso del servicio que prestamos. No es así. El verdadero costo proviene de la extracción del agua del subsuelo mediante la energía eléctrica. Por este motivo la extracción y distribución del agua a domicilio tiene un costo muy alto. Cuando alguien reclama que no ha consumido nada y no tiene por qué pagar a SAPASMA, debemos explicar que el simple hecho de tener el servicio al alcance de la mano ya tiene un costo. La cuota base es como todos cooperamos con esa parte indispensable.
En el año 2010, a nivel estatal tuvimos un precio de 8.16 pesos por metro cúbico para 5 mil litros, realmente un precio muy bajo comparado con otros servicios. Considero que como población no valoramos el costo del servicio a domicilio. Ya nos acostumbramos a abrir la llave y a tener agua de inmediato. No pensamos en lo que esto implica. Hay mucha gente que sólo tiene agua por medio de una pipa. Estamos ofreciendo el líquido a domicilio a un precio accesible tratando de que llegue al mayor número de personas. Pero no lo valoramos hasta que nos quedamos sin el servicio.
Lic. Olvera Ávila: Yo me encargo de la gestión institucional de apoyo rural, es decir, de todas las comunidades que existen en San Miguel de Allende. SAPASMA opera principalmente en la ciudad y mediante medidores y tarifas se determina el consumo de la población. En las comunidades rurales funciona de manera diferente. Cuando se crea una obra nueva nuestra función es formar Comités de Agua Potable que son los encargados de administrar la operación de los microsistemas de agua. Esto se hace donde hay agua y abastecen a varias comunidades.
Nosotros apoyamos a las comunidades en el aspecto administrativo únicamente para determinar tarifas y éstas se fijan en función del consumo de energía eléctrica, reparaciones y gratificaciones para quien opera el pozo. Nosotros únicamente asesoramos a la asamblea o conjunto de beneficiados.
También ayudamos en la elaboración de un reglamento donde se establece una tarifa de 80 pesos mensuales por familia o por toma de agua. Comúnmente se hace por toma deagua. Cuando les presentamos una estructura de reglamento los representantes de las comunidades lo revisan y palomean aquellos artículos con los que sí están de acuerdo.
Los que tachan tienen que acompañarlos de una propuesta alternativa.
En este reglamento se mencionan las cuotas y sanciones. Quiero subrayar que en las comunidades es donde hay más consciencia del valor del agua por el hecho de que por mucho tiempo no tuvieron el líquido. Por eso hay sanciones ejemplares para aquellos que desperdician el agua.
El promedio de cada depósito de agua es de 25 a 30 metros cúbicos y no siempre se está llenando. Esto se hace una o dos veces por semana conforme lo determina el Comité.
Nosotros sugerimos que en algunos casos se pongan medidores, pero en principio son las tarifas que he señalado las que aplicamos. Está prohibido el uso distinto a lo doméstico, lo mixto y lo comercial. En lugares en donde el agua no es un insumo indispensable, ahí permitimos otros usos. Los usos agropecuarios están prohibidos y está determinado por la propia consciencia de la comunidad.
Atendemos a 250 comunidades en este momento. Estamos en permanente coordinación con el Departamento de Cultura del Agua y Comunicación Social. Ellos nos apoyan para general consciencia. También estamos en coordinación con el Departamento de Cloración a fin de no hacernos acreedores de una sanción de Salubridad.
El agua, en las comunidades, se está encontrando casi a 300 metros de profundidad. Esto crea una mayor consciencia en la comunidad. En los meses de abril y mayo, cuando las reses y borregos requieren de gran cantidad de agua, el reglamento establece otras cuotas fijas a partir de un número determinado de cabezas de ganado.
En nuestra Dirección somos 5 personas para 545 comunidades y todos tenemos distintas funciones. Organizamos la rendición de cuentas a través de cortes de caja. A la comunidad informamos los ingresos y egresos y dónde se gastó cada peso. A veces nos encontramos con saldos “en contra” y en esos casos levantamos un acta. La comunidad, a través de su delegado, determina si se procesa el caso en el Ministerio Público. Nosotros damos la asesoría del jurídico pero no tenemos la autorización para la intervención directa. Si en el padrón de pago hay muchos deudores, pedimos que se pongan al corriente y es el Comité de Agua el que encuentra una solución. Las asambleas eligen a su representante y éste tiene una vigencia de por lo menos un año.
Enrique Orvañanos: El tema del precio del agua es muy relativo. Lo podemos ver como servicio medido en el caso de SAPASMA, o como el agua que pagamos por garrafón para uso doméstico. Entre uno y otro la diferencia de precios es exorbitante. El agua es carísima cuando no se tiene y es en este punto en el que me quiero enfocar.
Si queremos resolver el problema tenemos que enfocarnos en un espacio y tiempo determinados, en este caso, San Miguel de Allende, septiembre de 2013. Y la pregunta es: ¿podemos darle agua de uso doméstico a todos en San Miguel? Es una pregunta fundamental y primero hay que ver cuántas familias no tienen agua y en qué forma se les puede proporcionar cuando viven dispersas en zonas no concentradas. ¿Cuánto cuesta y en qué plazo puede hacerse?
Es una pregunta compleja si consideramos las zonas rurales y suburbanas. Pero es indispensable que lo resolvamos. No es posible que haya gente sin agua.
Como se ha dicho, hay más de 500 comunidades, 250 están organizadas; las ciudades como San Miguel tienen infraestructura pero hay alrededor de 2 mil familias en zonas suburbanas que carecen de ella. En las zonas rurales hay familias que tampoco tienen pozo y tienen que ir a buscar el agua a los ríos a 30 minutos de distancia. Eventualmente reciben agua del Municipio en pipas o tambos de 200 litros, o en cubetas… y desde el punto de vista de calidad de vida esto es muy triste.
La buena noticia es que la mayoría de los que residimos en el municipio de San Miguel sí tenemos agua entubada. Estamos hablando de 26 mil tomas y posiblemente hay 5 o 6 mil familias que no tienen agua por lo que es una situación relativamente fácil de resolver.
Pero sí tenemos que ser muy conscientes de que el precio que pagan las personas que compran pipas es 6 o 10 veces más de lo que pagamos en promedio aquí en San Miguel.
Es demasiado el diferencial por algo que es innegociable.
Es un hecho que no podemos llevar tuberías a todas las familias que están en los extremos del municipio donde no hay caminos. No es rentable. En rancherías muy lejanas es preferible el agua del cielo que la del subsuelo.
La tarifa del SAPASMA mejoró muchísimo, es más equitativa en la actualidad. La base fija es de 52 pesos al mes. No es una cantidad significativa. Sin embargo, hay quienes consumen menos de 5 metros cúbicos por mes y por tanto pagan más por metro cúbico.
Eso me preocupa porque las personas que están consumiendo menos están pagando más que los que consumen 20 metros cúbicos. Es decir, de los que estamos en el sistema de SAPASMA, que son 26 mil usuarios, unos 7 mil y pico pagan más por metro cúbico y consumen menos; pero hay 5 mil familias entre la zona suburbana y la zona rural que no tienen ese servicio.
Tenemos que resolver ese problema y hemos pensado que es posible con la captura de agua de lluvia. En nuestra región llueve un promedio de 1/2 metro 60 centímetros por año. Si almacenamos esa agua no nos la acabaríamos, lo que pasa es que la estamos perdiendo. Hay que aprender a capturarla, por lo menos a nivel doméstico. Y eso minimiza el consumo adicional de extracción mediante bombeo de pozos.
Me parece importante que en las zonas rurales tengan pozos compartidos de una manera ordenada. Lástima que les cueste tanto extraerla y cada vez va a costar más por la profundidad en la que se encuentra.
La transportación del agua por tuberías es el medio más económico. Pero cuando no hay tubería, las pipas son otro método para transportar el agua. Lo que sugerimos es que las pipas elijan unos 6 pozos en las zonas rurales y que desde ahí se surtan, en vez de venir al centro de la ciudad. Esto implica menos transporte, menos gasto de gasolina y más entregas por día. La inversión que se requiere para esto está plenamente justificada.
El proyecto de autoconstrucción de cisternas de agua de lluvia está ya aprobado, está funcionando y es replicable. Durante varios años he tenido la oportunidad de trabajar con el Club Rotario en donde iniciamos las cisternas de agua de lluvia en colaboración con la Dirección de Ecología del Municipio. Lo hicimos dos administraciones antes, con la administración pasada también y seguramente seguiremos trabajando con ésta. Éste es un objetivo común que tenemos la sociedad y el gobierno.
¿Cuánto cuesta este proyecto? ¿Cuánto estamos gastando los sanmiguelenses en agua embotellada por familia? ¿Cuántos garrafones se gastan por semana? Se gasta el doble de lo que pagamos mensualmente a SAPASMA. A lo mejor el agua que tomábamos cuando éramos jóvenes es igual de buena que la que recibimos hoy y no nos hemos dado cuenta porque estamos bombardeados por la publicidad del agua comercializada.
Si hacemos las cuentas de cuánto pagamos de luz, gas y lo comparamos con lo que pagamos por el agua, es irrisorio. Algunos pagan 80 o 90 pesos al mes. El promedio son 150 y los que pagan muy caro el agua sólo asciende a mil y pico de pesos, como son los restaurantes y grandes hoteles. Entonces, si aumentamos un pequeño porcentaje a las tarifas del agua para resolver un problema que hemos arrastrado durante muchos años, no habría mayor impacto.
Las personas que consumen más podrían pagar un 10 o 20 por ciento más y con eso se juntan suficientes recursos para continuar con proyectos importantes que resuelven el problema de quienes no tienen agua.
También hay que facilitar la captación del agua de lluvia en las rancherías y pequeñas comunidades. El proyecto les facilitan los materiales previa la capacitación de cómo se construye la cisterna y previo el compromiso de la comunidad para que trabajen en conjunto en la fabricación de sus propias cisternas. Esto ya lo hemos hecho más de 650 veces. Tenemos cerca de 700 cisternas en el Municipio que están captando agua de lluvia.
Una vez que se acaba el agua de una cisterna, se vuelve a llenar con una pipa. Tendrían 24 metros cúbicos anuales que significan 2 metros cúbicos mensuales. Estamos hablando de la gente que menos consume agua. Y esa es en la que tenemos que enfocarnos de inmediato.
También hay que modificar la Ley de Ingresos para que se modifique el precio del agua y se valore su costo. Otra acción que podríamos tomar es expresar solidaridad con aquellos que no tienen agua y crear un fondo voluntario, una especie de auto-impuesto. Si pusiéramos un 20 por ciento de lo que hoy pagamos en un fondo para que se destine a proyectos validados, concretados y supervisados, transparentes y eficientes, lo podemos convertir en una realidad. De hecho esto ya está funcionando con el Fondo Verde de Ecología y SAPASMA. Lo que queremos es hacerlo más rápido y eficiente.
Ese 20 por ciento que se ofrece como cuota voluntaria al mes se puede traducir también a un ahorro del 20 por ciento en el consumo mensual del agua. Y en aquellas zonas donde no hay tubería, sugerimos los sanitarios secos para no contaminar.
Todo lo que les estoy diciendo es perfectamente viable y los invito a que sigamos sosteniendo los Diálogos y beneficiando a nuestra comunidad.
Mario Hernández: Pobreza del agua y justicia hídrica es el tema central de lo que voy a exponer para generar una ruta de acción. Pienso en lo particular que hoy vemos una pobreza urbana con respecto al agua. Históricamente había abundancia. Hace 30 años había manantiales vigentes en esta región. Sin embargo, hoy en día, a pesar de que tenemos grandes cantidades de agua y lo vemos en los proyectos que surgen en los alrededores, hay grandes asimetrías y diferencias que tienen que ver con la oferta y la demanda. El agua que existe y que podemos extraer aún, ¿hacía adonde se dirige? ¿Por qué corre hacia un lado y no hacia otros?
También es cierto que en San Miguel hay una gran asimetría social. Hay grandes grupos marginados respecto al derecho del agua. Mientras que hay grandes proyectos con abundancia de agua, en otros sectores no existe agua entubada sino llevada por pipas. Ennuestras zonas suburbanas vemos ejemplos de este tipo.
SAPASMA tiene una participación muy significativa en el servicio de uso doméstico, que es aproximadamente el 2 por ciento del total que se extrae del subsuelo. El 80 por ciento se va a la agricultura a gran escala. La problemática más grande del agua en nuestra región está ahí, en la agricultura, y ahí sería conveniente considerar formas de participación donde haya una gobernanza ambiental para la gestión del agua, donde haya más espacios para la toma de decisiones del agua de la región.
La cuenca Lerma Chapala, donde estamos insertos, es reconocida como una de las prioritarias nacionales y es donde hay un estrés hídrico debido a una sobreexplotación.
Esa sobreexplotación tiene nombre y apellido, pero no nos vamos a concentrar en eso.
Entonces cómo entender la pobreza del agua en un contexto de riqueza hídrica?
Extraer el agua implica un gasto en electricidad, mantenimiento y salarios de los operadores. Y es un gasto que vale la pena cubrir. Vale la pena mencionar también que lo que pagamos por el agua en la zona urbana es una vergüenza. Por como la consumimos y la aprovechamos deberíamos por iniciativa moral pagar más.
He visto como en San Miguel ha habido desarrollos en distintas épocas. Y he visto cómo en los últimos tiempos hay ciertas tendencias, no solo marcadas por los planes de desarrollo municipal sino por factores externos al municipio. Existe una tendencia hacia la urbanización constante. Es alarmante porque esta urbanización tiene condiciones de pobreza. El crecimiento de las ciudades ha sido desmesurado por encima de las capacidades para ofrecer los servicios que permiten una vida digna.
Estamos avanzando hacia una urbanización total pero en condiciones de gran inequidad. Y con grandes desafíos al interior del municipio. El mismo centro histórico tiene un drenaje muy antiguo.
Hasta el día de hoy se trabaja en la sustitución de esa infraestructura para el abastecimiento y su saneamiento. Estos desafíos se incrementan en la medida en que estamos extrayendo agua fósil a300 metros de profundidad.
Debemos considerar cuáles son los nuevos patrones de producción y consumo que necesitamos para un desarrollo sustentable. Hay estimaciones del CONEVAL donde se estima que para el año 2015 casi dos tercios de los pobres en América Latina vivirán en las ciudades. A esto le llamo una urbanización de la pobreza. También le podemos llamar urbanización en pobreza y su efecto es la urbanización y pobreza del agua.
Es importante reconocer que la urbanización no garantiza la infraestructura. Entonces de nada sirve que nos vayamos del campo a la ciudad, a los cinturones de miseria. Sin infraestructura, vamos a enfatizar problemáticas urbanas que ya están latentes.
Sabemos que SAPASMA tiene la posibilidad de intervenir en ciertos aspectos del uso del agua,
pero hay otros rubros que son de alto nivel estatal y federal y ahí debemos considerar cuál es la forma de intervención y participación de la ciudadanía. Debemos tener mayor injerencia en la toma de decisiones para que no sean sólo los grandes agricultores quienes participan en los COTAS determinando el uso de nuestra agua.
Necesitamos mayor equidad porque hay muchos proyectos que demandan una gran cantidad de agua mientras que hay colonias urbanas que no tienen agua. Esto es algo para pensarse.
Pero también hay un gran mito y es la tendencia a pensar que los organismos operadorescomo SAPASMA son parasitarios… pero la verdad es otra. Hay una gran labor que se hace desde los organismos operadores para poder generar y proveer este líquido y poderlo sanear, aunque todavía queda mucho por hacer. Somos uno de los municipios que tiene una planta de tratamiento pero es insuficiente porque es insostenible la crisis de la cultura del agua que tenemos. Seguimos tirando aceite, ácidos, químicos al drenaje y eso crea una dificultad para el tratamiento de las aguas residuales.
Nuestra región tiene una estructura económica muy peculiar porque es altamente dependiente del agua. Sabemos que muchos cultivos que estamos produciendo, y digo produciendo porque el agua es de todos, la están aprovechando algunos para ciertos productos que son de exportación. No sólo exportamos verduras sino también agua. El uso municipal del agua es muy reducido y el doméstico aún más. La problemática de la cultura del agua no se soluciona con cerrarle a la llave en nuestras casas. Las acciones que debemos tomar son de otra índole.
La pobreza del agua a la que yo me refiero no hace referencia a escasez hídrica sino a la inequidad en su acceso y distribución. Esto tiene que ver con un enfoque de gobernanza, no de gobernabilidad. Gobernanza es donde diferentes actores pueden participar en la toma de decisiones. Estos son temas que en nuestra región debemos explorar aún más.
Tenemos que buscar consensos, interés común y eso lo dejaría como reflexión.
Hay temas para pensar como son Agua y Soberanía Alimentaria. ¿Vamos a seguir gastando agua para alimentar a otras regiones? O esa agua de los alimentos debería de estar circulando por esta región? Otro tema es Agua y Soberanía Energética. Una gran cantidad de agua es utilizada para la generación de energía y procesos de producción. ¿Cómo visualizamos esto en los siguientes 5, 6 o 7 años? Y por último, ¿qué está pasando con el agua y el cambio climático? ¿Qué acciones debemos tomar para detener el proceso dramático de desertificación? Tenemos que trabajar juntos para alcanzar una sustentabilidad verdadera.
Pregunta del público: Mi nombre es Graciela Hernández. Venimos del Programa de Educación Ambiental de la Fundación de Apoyo Infantil. A los representantes de SAPASMA quisiera preguntarles qué porcentaje de ganancias tienen con la venta del agua o sólo dan el servicio sin obtener ganancias. Otra pegunta sería qué porcentaje de esas ganancias dedican para encontrar las fugas. Me parece muy sorprendente que sólo el 42 por ciento del agua extraída se utiliza. ¿Qué están haciendo para encontrar el otro 58 por ciento?
Y sobre el uso del cloro, hay muchos estudios que dicen que la cloración del agua no necesariamente garantiza la potabilización. Además, se sabe que el elemento cloro es cancerígeno.
Y finalmente, ¿qué posibilidad habría de que el cobro del agua no sea por litros sino por tipo de uso? No es lo mismo consumir 20 litros para mi uso personal que usar 20 litros para vendérselo a un turista en un restaurante donde estoy obteniendo ganancias. Lo mismo para el caso de la agricultura.
En relación a lo que dijo Mario me parece que sí necesitamos centrarnos en estos Diálogos del Agua en el verdadero problema del consumo del agua que no es doméstico puesto que es ínfimo. Todas las campañas en televisión, incluso lo que nosotros hacemos en las escuelas tiene que ver con que el niño no desperdicie el agua, pero no le estamos diciendo quiénes son los que están utilizando el agua obteniendo grandes ganancias y regalando el agua a EU en forma de brocoli.
Finalmente, sugiero que en los Diálogos del Agua no se sirva agua embotellada a los panelistas a fin de ser más congruentes con la propuesta.
Ing. López Sánchez: Gran parte del gasto se utiliza para el mantenimiento del suministro. 58 por ciento se aplica en el pago de energía eléctrica. Un 25 por ciento se aplica en mantenimiento y operación. El resto es para el mantenimiento operativo y obras de infraestructura. Los recursos siempre van a ser insuficientes.
Por otro lado, estamos haciendo un trabajo muy intenso para controlar las fugas.
Tenemos infraestructura muy vieja con muchos problemas de fugas y es un trabajo costoso, obras muy caras que no se reflejan en las tarifas al consumidor y se pagan con programas que van a fondo perdido.
Por otro lado, trabajamos la tarifa doméstica con el costo más bajo en el tabulador.
Tenemos la tarifa comercial que utilizan muchos locales y por último tenemos la tarifa orientada a los hoteleros que es la más cara. También ésta se aplica a lavadores de autos, lavanderías donde sabemos que el uso del agua tiene un fin comercial.
Lic. Olvera Ávila: Tenemos otra problemática: pagan justos por pecadores. SAPASMA se enfrenta a un cáncer muy grande que es la gran cantidad de personas que no pagan el agua. Qué más quisiéramos que todos fueran puntuales en el pago para tener la suficiencia económica que requerimos para operar debidamente.
Un porcentaje muy bajo de la población paga el agua. Hemos hecho campañas y lamentablemente el común denominador de la sociedad prefiere estar en contra de lo establecido por las instituciones. Pero éstas necesitan el respaldo de la población, más que sus críticas. Necesitamos el respaldo de los usuarios para ser eficientes.
Respecto a lo que comentó Enrique sobre una modificación de la tarifa quisiera decir que el gran desafío de una medida como ésta es la repercusión social que tendría y muchos funcionarios no quieren tocar ese tema. Generar otra tarifa para hacer consciencia sobre el uso del agua impactaría en lo social.
Finalmente, no soy en experto en cloro pero quisiera decir que hay muchos mitos. Para poder perforar un pozo primero se hacen muchos estudios sobre la calidad del agua. Se determina qué cantidad de minerales tiene y si es apta para consumo humano. Una vez concluido esto, se somete el agua al proceso de cloración y hay un peligro latente para el
operador porque el cloro es letal. Se están tomando medidas para corregir esto. Si bien es cierto que el cloro no mata la mayor cantidad de microorganismos, si mata los que son dañinos a la salud.
Mario Hernández: El proceso de cloración no está determinado por SAPASMA sino por la Secretaría de Salud.
La administración del agua implica determinaciones de muchas dependencias de los gobiernos municipal, estatal y federal y por ello se vuelve muy complicado.
Pregunta del público: Sobre la captación del agua de lluvia y el problema de que los acuíferos no están siendo infiltrados con la lluvia pues la extracción supera la infiltración, quiero saber si la captación de agua de lluvia no afecta a los acuíferos.
Mario Hernández: Más bien ayudaría por la cantidad de lluvia que tenemos. No habría la abundancia del líquido que se pierde debido a la erosión de la tierra. Son importantes las acciones que se hacen para la captación de agua de lluvia.
Hay que considerar que en términos de la gobernanza del agua, en la medida en que los ciudadanos de las zonas urbanas aprovechemos el agua, habría mayor disponibilidad para todos. La lluvia que ayer cayó tarda alrededor de 150 años en llegar al acuífero. Hay que pensar cómo inyectar agua en la parte media y alta de la Cuenca para su infiltración.
Enrique Orvañanos: La cantidad de agua que podemos capturar para uso doméstico en un techo de 20 metros cuadrados, son 10 metros cúbicos en temporada de lluvia. Serían como 10 tinacos. Si todas las casas de San Miguel captáramos el agua y la tratáramos para su utilización, no afectaría en nada al acuífero. Debemos captarla no sólo en los techos sino en bordos para que se filtre.
Mauricio Sánchez: No solamente el índice de precipitación pluvial es importante sino que existe un problema de erosión tal que las zonas de recarga necesitan ser rehabilitadas. Hay que hacer trabajos previos para que esas zonas, que antes tenían una vocación natural para infiltrar el agua, con los procesos adversos del cambio climático se han visto degradadas y la capacidad de
recarga se ha visto mermada.
Pregunta del público: Se sabe que si una persona debe un mes o dos meses de agua no se cancela el servicio.
Sigue consumiendo. Entonces el problema se incrementa. Y con respecto a la dosificación del cloro me gustaría mencionar que si el consumidor siente el cloro es porque hay una mala dosificación. Debe haber una buena dosificación para evitar que el cloro produzca el cáncer. Es cuestión de cumplir con la normatividad para el agua potable.
Por otro lado, funcionarios de la Comisión Estatal del Agua de Querétaro aseguran que si todos limpiáramos nuestro tinaco podemos perfectamente consumir agua de la llave. No tendríamos por qué estar comprando agua de garrafón.
Lic. Olvera Ávila: Efectivamente hay lagunas legales. Una ley se contradice con otra. La ley de Salubridad dice que si no pagas el agua no te pueden cortar el servicio, solo se reduce el suministro.
La otra problemática que empeora el problema son las tomas clandestinas. El programa de denuncia ciudadana nos ayuda a detectar estas tomas clandestinas.
Pregunta del público: ¿Cómo se podría definir la pureza del agua de San Miguel? Se sabe que SAPASMA hace pruebas del agua constantemente.
Lic. Olvera Ávila: Sabemos que en los EU se dice que nuestra agua está contaminada y dan una mala imagen a las personas que vienen a México. No es cierto. Tenemos diferentes mecanismos para filtrar el agua y de esa manera brindar una buena calidad. Sé que muchas de las personas norteamericanas le tienen pánico al agua. Como si fuera veneno.
Y no es así. En el Departamento de Calidad del Agua de SAPASMA se realizan muestras para conocer la calidad del agua y usted se puede dirigir a ese Departamento para mayor información. Los resultados de las muestras están a disposición del público.
Pregunta del público: Soy catedrática de la Universidad de León y tenemos la Facultad de Arquitectura donde realizamos una serie de investigaciones. Un alumno ha investigado datos que me llaman mucho la atención. Comenta que hay personas que utilizan agua potable para generar ladrillo. Y que pagan una cuota mensual de 50 pesos y el gasto del agua es impresionante pues toda la comunidad utiliza el agua sin medidores. También tienen la mala costumbre de que cuando se echan a andar las bombas dejan que el agua se derrame si los tanques ya están llenos. No tienen el cuidado de apagar las bombas.
¿De qué manera SAPASMA interviene para detener esto y si la planta de tratamiento les puede vender agua tratada para sus actividades?
Lic. Olvera Ávila: Efectivamente las ladrilleras son un problema. Ya tenemos en el reglamento la prohibición del uso de agua potable en ladrilleras donde el líquido es indispensable. Estamos atendiendo las solicitudes de la misma gente porque no tenemos un sistema de supervisión como tal. La asamblea de las comunidades es la máxima autoridad y nosotros no podeos ser un organismo que interviene directamente.
Ya hemos tomado cartas en el asunto de las ladrilleras en varias comunidades y se les va a cobrar una cuota distinta de la que ahora pagan, independientemente de que se les capacite para el uso adecuado de las bombas.
Sí manejamos agua tratada para obras de construcción y tenemos un precio de 4.04 pesos por metro cúbico. Es nada. Es más caro pagar la pipa.
Enrique Orvañanos: Es fundamental ese enfoque de unión de la sociedad participando para encontrar alternativas de solución. Así ya no perdemos energía criticando a las instituciones sino participando en la solución. Tengo la seguridad de que el organismo operador SAPASMA está investigando nuevas tecnologías para reducir sus costos y ser más eficientes en la administración del agua.